–¿Mi… novio?
Eran las únicas dos palabras que habían logrado salir justo
antes de que Luca al fin reaccionara y se fuese de su casa sin esperar siquiera
a que su prima llegara. Observó la ventana por donde había salido, sintiendo un
sinfín de sentimientos encontrados. Él era pariente de Lisa, por lo tanto,
debía ser parte de la Realeza Oscura, él debía ser un demonio, tal vez por eso
había sentido aquel calor en la palma de su mano…
Luego de avisarle a Lisa que no hacía falta que fuera, la
Black regresó a su habitación con la intensión de retomar el sueño
interrumpido, pero tenía serias dudas de que pudiese conciliarlo. Una vuelta,
dos, tres y más; y su mente pensaba a mil por hora. Tenía que acercarse a Luca para
poder averiguar más de él y su entorno, tal vez y lograba algo bueno. Su amiga
se enojaría con ella si se enteraba, o peor que eso, a fin de cuenta eran
familia directa, por lo que debía moverse con cautela.