domingo, 10 de mayo de 2015

Tensión

¡¿Pero qué mierda tenía aquella chiquita de especial?! Bajita, delgada y con una cara común, ¡¿Algo que escapase a su vista?! No, nada fuera de lo normal, no era ni guapa…. Sus pupilas la habían detallado bien como para decir eso de forma confiada. Y entonces ¿Qué es lo que le atraía tanto de ella? Ni lo sabía, ni quería saberlo. El ladronzuelo era un misógino criado en una familia clásica en donde la mujer tan solo servía para estar en la cocina y darle placer a los hombres.

Superficial, arrogante y con un claro deje de maldad que traspasaba sus retinas verdes. Si una mujer le parecía atractiva, tan solo la disfrutaba un par de horas y si te he visto no me acuerdo. Amante experto conocía bien sus armas. Era su meta en la vida; su diversión ¡¿Entonces Van Halen porque no puedes apartar tus ojos de ella?! Su conciencia, aquella maldita que a veces aparecía para joderle el día, resonaba con malicia desde algún punto de su cavidad cerebral

¡¡Cállate, por la puta madre cállate!! No toleraba que nadie incidiese en sus ideas preconcebidas, ni aunque esta fuese su voz interior. No quería cambiar o al menos, eso quería creer. Asi era la vida que conocía, la que tenían programada para el. Se tomó la barbilla en un gesto inconsciente, logrando concentrarse nuevamente en las voces cercanas y  al tiempo que escuchaba las últimas palabras de la fémina, se mordió el labio para no saltar a por ella y tumbarla de un buen derechazo.

Era egocéntrica, con una mezcla de chulería que denotaba poder y unas ganas grandes de no dejarse pisar por nadie. Quizás y solo quizás, hubiese encontrado a un rival en condiciones para soportar su rebeldía nata. Un reto y se lo estaba poniendo en bandeja. Era la única cosa que nuestro protagonista nunca podía dejar a un lado. Sus ganas de probarse eran inmensas, siempre estaba dispuesto a llegar más allá, aunque se tuviese que saltar las reglas de la sociedad para ello.


Como era evidente, en aquella guerra claramente abierta por sus egos, el saldría vencedor, no tenía duda de que fuese asi – Déjala que se vaya, no tiene ovarios a soportar otro embiste por mi parte… no debe entender de qué va la vida aun, somos muy superiores a vosotras…. – Comento el joven moreno al ver como la desconocida cogía sus cosas y se encaminaba con prisa hacia la puerta – Hasta más ver…. ¡Frígida! – Su tonalidad mordaz era claramente notable.

Las últimas silabas dichas por el heredero desencadenaron en aquella casona una batalla épica y que no tendría fin hasta que uno de los dos colapsara en el suelo. Lisa parecía tenerle mucho cariño a esa tipa.  Conocía el poder de su prima, la habia visto luchar y casi nadie la habia conseguido vencer. Si lograba detener su avance durante un lapso corto de tiempo ya se consideraba satisfecho y por inercia, procedió con el primer round. No se iba a dejar dominar.

- ¿Me vas a decir ahora que vas a sobreponer a esa – Señalo la puerta cerrada -  por encima de tu familia? No te creía asi L – Quizás fuese su insensatez o las ansias de desahogado que tenía, pero no era capaz de controlar su bocata. Mejor era iniciar una pelea con alguien que quería, que no con alguien que ni siquiera se acordase de su nombre a la hora de su muerte.

- Estas más estúpido de lo habitual tu…. – Respondo de forma clara y concisa quien llevaba la voz cantante en la habitación - ¿Alguna día vas a dejar de hacer tonterías? No lo creo, ni se para que pregunto – Retomo lo que habia estado haciendo hasta la llegada del príncipe; recoger la mesa y prepararse para irse a dormir - ¿Qué ha sucedido allí fuera esta noche? Se dé buena mano que se te ha encomendado algo.

- Has perdido la pasión por el combate…. Al parecer si te dejo satisfecha…. Quizás debería ir en su busca y que me haga el favor a mí también…. – Tomo como escape la primera pregunta, obviando descaradamente el tono amenazador de la morena. Si bien en un principio le habia parecido gran idea contárselo, tras el arranque de furia contenido por su parte, creyó conveniente hablar cuando los ánimos se fuesen calmando.

Malas palabras, lo entendió a los dos segundos después, cuando y sin percatarse de que sucedía, cayó al suelo, en un lio de ropa tremendo y con la cabeza entre las manos, producto de una fuerte patada. Se levantó frustrado. No habia sido capaz ni de adelantarse a su acción, ¿Cómo habia osado pensar que la ganaría estando en su terreno? Asimilo la situación y se fue a su habitación con la cabeza gacha y sin oponer resistencia. A fin de cuentas, aunque dejaba mucho que desear con su comportamiento, no era tonto.

Se curó la herida de la frente y se tumbó a dormir. Habia decidido, por su cuenta claro, seguir a esas dos para ver qué relación tenían y en caso de que pudiese hacerlo, molestar cuanto estuviese en su mano a aquella niñata con ínfulas de poder. ¨Tú vas a saber quién es Luca Van Halen, te lo voy a grabar a fuego me cueste lo que me cueste¨ Y prometiéndose aquello, se perdió en los brazos del dios del sueño.

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